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Ámsterdam

  • Carlos Lara
  • Jan 2, 2018
  • 3 min read

Mi hermana es buena fotógrafa

Si me preguntas qué ciudad ha marcado mi punto de vista en muchos aspectos, sin dudarlo te diría Ámsterdam, ahora te explicaré el porqué.

Cuando me comunicaron la idea de pasar unas navidades en la ciudad de la libertad en compañía de mis padres la verdad no me hizo mucha gracia, la sensación incómoda de pasear por el barrio rojo o de ahogarte en el olor a marihuana acompañado de tu madre a veces es insoportable. Pero bueno, empezaré diciendo que esta pequeña metrópoli me ha sorprendido para bien en muchísimos aspectos.

El 22 de diciembre salía de Barajas para dirigirme a Holanda, donde pasaría 5 maravillosos días en compañía de mi familia conociendo este país que tantas ganas tenía de ver. Llegamos y la lluvia copiosa característica de estas tierras nos recibió de manera amigable, a pesar de que mis botas parecían una piscina, fue un momento entrañable vernos a mi hermana y a mi corriendo hacia el bus dirigidos por Google Maps para no perdernos en nuestro camino al hotel.

El primer día nos aventuramos a conocer la ciudad un poco por nuestra cuenta con la ayuda de un mapa y las indicaciones de un muy simpático recepcionista. Nos dejamos llevar por el carisma de la gente, su innegable atractivo físico, la modernidad de sus calles y la chispa encendida por la gente joven que abundaba en cada esquina. Aún no he estado en Venecia pero apuesto lo que sea a que tiene que parecerse mucho a Ámsterdam, los canales le otorgan esa esencia de ciudad histórica, señorial e imponente que tanto me gusta.

Llegó el segundo día y con él los primeros tours andando, en barco, visitas a museos y tiendas, comidas en restaurantes indios para afinar nuestro poco acostumbrado al picante paladar, compras...etc. La compañía de mi familia se hacía amena y las constantes bromas en referencia a las drogas y a los famosos Coffee Shops eran graciosas, lo que no era gracioso fue no poder entrar a ninguno por la presencia de papá y mamá. Pero bueno, el Barrio Rojo lo disfrutamos muchísimo, esta experiencia es muy recomendable, también te advierto que hay que estar preparado para entrar a un sitio así y que probablemente si vas con algún pequeñajo tengas que pensártelo dos veces, porque créeme, es todo muy explícito. A veces se peca en las generalizaciones si no se conocen bien a los colectivos ya que se explican los extremos oscuros de muchas cosas.

Gracias al pequeño tamaño de la ciudad pudimos conocerla en dos días, el resto del tiempo lo aprovechamos para ir a pequeños y muy pintorescos pueblos como Voledam, Edam; ciudades como Rotterdam o Brujas (Bélgica).

En conclusión, por muy abierta que tengas la mente o por muy "avanzado" que pienses que eres, esta ciudad siempre (y te lo aseguro) te sorprenderá en todos los ámbitos: drogas, sexo, arquitectura, historia, moda, comida...

Vale muchísimo la pena escaparse un fin de semana con tus colegas para descubrir esta pequeña joya en el corazón de Europa, la cual me apasionó por la energía y el buen rollo que la gente joven aporta. Quiero hacer una mención especial a uno de los lugares que me dio un baño de realidad, ese fue el Museo de la Casa de Ana Frank, una visita obligada.

Nos vemos en el siguiente chicos!

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