nada

Me acabo de dar cuenta de que mi último post es del 7 de junio de 2020, me rio al verme inocente y optimista, mientras a la vez echo de menos a esa persona que sin pensar en nadie más que en él mismo jodía una a una todas sus relaciones interpersonales importantes. Hola otra vez, espero que estéis todos bien y adaptándoos a este curso frío y antiséptico que nos envuelve poco a poco, feroz y a la vez en blanco y negro.

Estoy en la cima del monte Everest y replanteándome si saltar al vacío o esperar a que venga un helicóptero a rescatarme... aunque creo que más bien estoy sin salida ya que por lo poco que he leído, los helicópteros no pueden llegar a los 8000 metros de altura, así que aquí estoy, solo y en la cima de algún lugar donde no puedo llegar a ver a nadie, todo está lejos. Se está poniendo el sol y comienza a hacer frío, las noches se hacen más largas y los días más grises; y si bien disfruto de no hacer nada y dejar la mente en blanco, me veo obligado a recurrir a cosas que no había probado antes para intentar, aunque sea por muy poco tiempo, dejar a mi cabeza descansar de todo lo que me da vueltas desde hace unas semanas.

Echo de menos las risas, el buen rollo, la tranquilidad, la complicidad, el contacto físico, las miradas sinceras, las comidas, los viajes, las conversaciones, las fiestas y al fin y al cabo, la amistad.

No sé qué cojones escribir o qué decir, qué hacer, a dónde ir, cómo sobrellevar nada, cómo encontrar mi paz interior, cómo aceptar la situación, no sé nada, nada. Ahora mismo lo único que sé es que estoy perdiendo todo, absolutamente todo, y a los que siguen ahí, no los valoro porque mi cerebro sigue preguntándose qué pasó.

Creo que me dedicaré a observar, pero mas que a los demás, a mí mismo, porque de verdad os juro, que no entiendo nada.

A veces me pregunto si alguien puede oírme, o si sigo encerrado en una caja insonorizada de cristal, donde intento gritar, pero el sonido que sale de mi garganta se ahoga al intentar atravesar la mirilla por donde veo como todo el mundo sigue un camino marcado por sus acciones y yo poco a poco veo como la lluvia borra el mío.

Espero volver pronto. Un beso.