LOS ANGELES
- Carlos Lara
- Apr 8, 2018
- 4 min read
La noche del último viernes de Marzo cerraba mi maleta llena de sueños y energía, el día había llegado y tras haber estado planeando este viaje por semanas, no me creía que por fin fuese a coger un avión que aterrizaría en la ciudad de Los Ángeles.

A eso de las 5 de la tarde mi amigo y compañero de viaje Javier llegó a mi casa y nos hicimos la cena a la vez que charlábamos sobre las cosas que teníamos que hacer en nuestro destino. Echamos una cabezada y a las 3 de la mañana cogimos el metro para dirigirnos al aeropuerto O'Hare. Puedo decir que fue uno de mis peores viajes en tren, a mitad de camino me comencé a mear y tuve que esperar casi una hora para poder ir al baño... no existe cosa más incómoda.
El avión pronto despegó y mis ansias por conocer el estado de mis sueños no me dejaron dormir durante las 4 horas de vuelo. Al aterrizar no pude evitar reproducir "Party in the USA" y subir el volumen en mis cascos mientras llevaba a cabo literalmente lo que dice la primera línea de la canción: "I hopped off the plane at LAX with a dream and my cardigan".
Llegamos al hotel que estaba en Hollywood Boulevard, yo estaba flipando, nada más bajar del bus me encontré caminando por el paseo de las estrellas y me topé con Frank Sinatra, Michael Jackson y Dolly Parton en la primera esquina. Tras instalarnos y arreglarnos un poco, decidimos dar una vuelta por Hollywood. Estábamos a 5 minutos del teatro chino, del Kodak, de numerosas tiendas y lugares que todos hemos visto en infinidad de películas.

Voy a ser sincero, Hollywood es feo, es sucio debido a la enorme cantidad de turistas que recibe. Es un poco deprimente, en contraste con la buena primera impresión que me lleve de una ciudad llena de palmeras, vegetación, mansiones y buen tiempo.
Tras explorar la zona y encontrarnos con familia que tengo allí, decidimos ir a cenar y planear la ruta del día siguiente.
El segundo día caminamos a lo largo de la línea de costa, dimos un paseo por Venice Beach, un lugar bohemio, hippie, skater y muy interesante si viajes como mochilero.

Posteriormente fuimos al famoso muelle de Santa Mónica, un lugar que me recordó a todas las series Disney que solía ver cuando era un crío. California y sus playas te enamoran, ver los delfines nadar tan cerca de la orilla fue una experiencia maravillosa. Ahora viene mi parte favorita del viaje, todos sabemos que Malibu es el lugar que inspira la canción que ha estado rondando mi cabeza por mucho tiempo

y ha sido una de mis favoritas el año pasado; por lo que al final acabamos en las playas de Malibu, bailando, viendo el atardecer y disfrutando de un paisaje que me llevaré a la tumba.

Tras este fabuloso día, el resto de nuestro viaje lo dedicamos a hacer hiking por las colinas del Griffith Park y Hollywood, haciendo ejercicio y compartiendo el mismo sendero deportivo que los famosos realizan los fines de semana. Es muy duro chicos! Hay que escalar y subir mucho, sudamos la gota gorda este día, pero las vistas desde arriba valen muchísimo la pena. Al atardecer nos cruzamos con varios rodajes de películas, cámaras, camiones, vestuarios y camerinos que abundan en el día a día de esta ciudad. Fuimos a Downtown y a Chinatown en busca de souvenirs que se adaptaran a nuestro presupuesto, un barrio colorido, lleno de energía encerrada en mentes de personas mayores jugando a las damas.
Por fin llegó el momento de subirnos a un tour guiado por las casas de las estrellas y celebridades que observamos en las revistas mientras esperamos en la peluquería. Mansiones y lujo por las colinas de Studio City, Beverly Hills, Westwood, Calabasas y muchos más conjuntos cerrados que encierran nombres como Rihanna, Katy Perry, Marc Walhberg, Dakota Johnson; o apellidos como Swift, Bieber, Cyrus o Kardashian. Muy bonito todo, eso no se puede negar. Por la tarde decidimos acercarnos a Rodeo Drive y Beverly Hills para contemplar como la gente se compraba sus zapatos Gucci, Balenciaga o Prada.

Una de las cosas que más me impresionó tanto a mi como a Javi, fue poder ver la segregación y la diferencia en la calidad de vida entre los distintos barrios de la ciudad. Los Ángeles destaca por la cantidad de gente sin hogar en sus calles, y la verdad esa realidad impacta y te recuerda que el mundo real no se esconde entre lujosas propiedades, sino durmiendo entre cartones en una parada de autobús.
En nuestra última jornada nos adentramos en los estudios de Warner Brothers para analizar y conocer los secretos ocultos que desembocan en las grandes producciones que vemos en la gran pantalla. Este tour fue impresionante a la vez que desilusionante, el conocer todas las mentiras que se pueden conseguir con una cámara y como engañan al ojo los arreglos en postproducción te hace replantearte muchas cosas; no obstante, es algo obligado en esta ciudad, no es caro y pisarás platós de series famosas como Friends, The Big Bang Theory, Ellen Degeneres o Shameless.
En fin, California fue un paseo entre la realidad y la ficción, un lugar super recomendable, una escapada que te hace sentir parte de todas esas películas que te sacaron una sonrisa junto a tu familia en el cine, una llamada de atención a todos aquellos que añoran con el estilo de vida americano, y un lugar donde, a veces, los sueños se hacen realidad.

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