Cansa.
- Carlos Lara
- Jan 13, 2018
- 3 min read
Hace tres días estaba en mi cama por la noche con mi querido amigo Netflix analizando otra más de las locuras que se les pasan por la cabeza a los guionistas de Black Mirror, serie que te recomiendo de aquí a la luna si quieres ver una hipérbole de lo que podría ser la humanidad en un futuro más próximo de lo que creemos. Bueno, volviendo al tema que últimamente me irrita bastante, hoy vengo a hablarte del cansancio, pero no del cansancio físico (que también me hace falta si quiero eliminar las lorzas que amenazan con dominar mi cuerpo) sino del cansancio mental que siento últimamente con el tema de las redes sociales y las plataformas digitales.
Empiezo diciendo y admitiendo que yo soy el primero que reconozco amar redes como Instagram o Twitter, siempre me han parecido una forma muy buena de poder expresar el pequeño artista que todos llevamos dentro, desde fotografías de tu perro corriendo con un palo, hasta la foto de tu graduación... Estas redes nos permiten decirle al mundo lo que pensamos (la mayoría de las veces) e intentar ser "nosotros mismos".

Escribo estas dos palabras entre comillas porque son el origen de mi cansancio, y aunque este tema sea muy tópico, de verdad que creo no ser el único que esta cansado de sentir una enorme presión social ejercida sobretodo por grandes influencias en las redes quienes se han vendido tanto a las marcas que creo que estamos rozando un límite que determina lo podrida que esta la mentalidad de mis generaciones. Lo que empezó como un espacio de libre expresión y pensamiento hoy se ha convertido en la maratón por conseguir likes, seguidores y el campo de batalla de marcas que mueren por seguir acumulando dinero en cuentas de muy dudosa fiabilidad.
Y ahora, en serio, preguntémonos todos, CUÁL ES LA RAZÓN y el origen del ansia por subir una foto perfecta que consiga cientos de likes y aumente el número de amigos virtuales, pues desde mi punto de vista, simplemente, es la necesidad de sentirse aceptado por una sociedad que feroz y asesina de manera terrorífica a todas las personas que intenta salirse de sus márgenes y barreras, porque aunque vayamos de que hemos cambiado y de que somos una generación moderna de libre pensamiento (que ojalá fuera verdad, ya que hoy dar tu opinión puede herir la sensibilidad de 34 colectivos , 9 asociaciones y una organización sin ánimo de lucro), somos los primeros en criticar a la chica que lleva una falda corta, al chico que se pinta las uñas, al empollón que se mata por las tardes en la biblioteca, a la amiga que nunca ha tenido novio como las demás y así podría seguir aumentando etiquetas en la lista hasta mañana. El tema de nuestro afán por comprender y etiquetar todo lo que se nos cruza da para otra entrada queridos amigos. Yo hoy no vengo a quejarme, vengo a pedir un freno de mano, algo que nos de un baño de realidad más allá de nuestras pantallas y nos haga ver que todo lo que se esconde en instagram y que lo que queremos demostrar en estas plataformas, al final siempre se quedará encerrado en nuestros dispositivos y nunca se hará realidad. La vida perfecta de un influencer no es tan perfecta, si lo fuese, dónde están hoy Elvis, Amy, George Michael, Whitney...etc? Lo tenían todo chicos, y para nosotros, todo no es suficiente.
Y recalco, soy el mayor fan de las redes sociales siempre que sea para ser auténtico, diferente y original. ES HORA DE SER CREATIVOS.

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